Proyecto piloto con contenedores inteligentes de residuos urbanos en San Sebastián

La Diputación de Gipuzkoa, junto con el Ayuntamiento de San Sebastián y en colaboración con las firmas tecnológicas Masermic e Hispavista Labs, han desarrollado un proyecto piloto para la mejora de la recogida selectiva en los barrios de Amara y Gros.
El proyecto, que empezó en 2018 y funciona desde hace más de un año, tiene como objetivo mejorar la recogida de los residuos urbanos y aumentar la eficacia y la seguridad en la gestión.
En este contexto, se han instalado 100 sensores inteligentes en contenedores de sistema abierto de fracción resto de la ciudad. El sistema de sensores, que se basa en un conjunto de sensores inteligentes que miden el nivel de llenado, la temperatura y el horario en que se deposita la basura, ha sido desarrollado por Masermic, mientras que la monitorización ha sido llevada a cabo por Hispavista Labs, a través de una plataforma específicamente desarrollada para la monitorización de diferentes sistemas de la ciudad.
Entre los resultados más destacados del proyecto cabe destacar el margen de mejora de la recogida de la fracción resto. Una gran parte de los contenedores se recogen cuando su nivel de llenado es aún bastante bajo y se ha calculado que, en el 40% de los contenedores, los períodos entre recogidas podrían ampliarse, sin que ello afectase al servicio.
En este sentido, se han observado diferentes beneficios económicos y ambientales. Extrapolando los datos obtenidos en Amara y Gros a todo San Sebastián, cabría estimar un ahorro anual superior a los 430.000 euros. Además, en caso de extender el proyecto a los contenedores de otras fracciones (plástico, papel, vidrio y orgánico), el ahorro se elevaría a casi dos millones de euros anuales.
En referencia a los beneficios ambientales, se ha calculado que se reduciría el consumo de combustible y con ello las emisiones de CO2 (6,5 toneladas anuales), se disminuiría la contaminación acústica de la recogida de basura que se produce generalmente en horario nocturno (con niveles máximos por encima de los 80 decibelios), se disminuirían los costes de la gestión de la recogida y se alargaría la vida útil de los camiones de recogida y de los contenedores.
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